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Aquí estoy, en esta mañana del contrastante mes de Mayo, leyendo las noticias de la sección policiaca de mi tierra. No necesito saber cuántas personas murieron el fin de semana, ni cuántos accidentes a causa del alcohol y/o la imprudencia se sucitaron en una noche; no. Tan sólo requiero distraer mi atención, llenar mis ojos de basura para no voltear a ver mi propia desgracia, no ver a mi probe corazón luchando por sobrevivir.

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Le había prometido anteriormente no volver a acercarlo al fuego, permitir el paso de ésa cálida oleada llamada por muchos "amor". Le fallé, en parte. Y ahora está llorando en silencio, ocultando sus temores encarnados en aquél último intento de sentirse humano.

No más, no más...

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