martes, junio 16, 2009

¿Quién se ha robado mis ganas?
No las encuentro.


Entre las noches de insomnio y las mañanas de trabajo y tedio, creo que he perdido mis ganas de acercarme a mis propios sentimientos, de saborearlos, masticarlos, escupirlos tal vez, ó simplemente admirarlos como mercancia en mostrador: "no tocar". No tengo ganas de escribir... ó de pensar. Creo que he cometido un delito en mi propio perjuicio. Un crimen, un secuestro.

Lleno mi día de actividades: el trabajo, las clases de guitarra, el teatro, los ensayos, los literarios, los amigos, la familia.. y a dormir.. o por lo menos intentarlo. No he abierto libros, dejé inconclusos algunos que habia acordado leer, otros que comencé por gusto. Tengo dos empaquetados que recibí en mi cumpleaños. Tan sólo Sabines se privilegió con mi lectura, pero claro, es Sabines.

Por las noches, cuando escucho música para distraerme en lo que Morfeo aparece, bajan las musas y me susurran al oído frases aisladas. Si en esos momentos tuviera una pluma y papel a la mano, podría haber llenado varias páginas con frases nocturnas de porcelana... pero no. Escondí la libreta, vacié la tinta de mi pluma en el lienzo blanco de mis ojos y ya no ven.

Creo que tengo miedo de escribir... y sentir. Volver a ser yo, la de siempre, la mujer con el corazón impregnado de la melancolía que me inyectaron al nacer. No soy una mujer triste, no. Soy melancólica. Pero el mundo no me comprende (a veces ni yo misma), y me señala y me provoca dolor para justificar mis lágrimas.

¿Quién se ha robado mis ganas? Pues ya no las encuentro en el cajón derecho de la mesita de noche.

Winter.