La semana pasada mi director de Teatro me dijo: "Te quiero mucho, tener personas como tú en el grupo me hace sentirme seguro, me siento más confiado y seguro cuando estás en clases y me importa mucho tu opinión" No son palabras textuales pero por mucho casi iguales... Debo decir que me sentí muy contenta y todavia guardo este recuerdo como una islita en medio de la tempestad, un pequeño refugio mental para tomar fuerzas y seguir remando en la corriente.

No es que busque ser "la consentida del profesor" es que fueron dos sucesos importantes:

- Escuchar que le importa tu opinión a alguien a quien admiras. - Bien, mi director es una persona muy preparada, políglota, recuerda muchos datos precisos. Sabe de religión, política, historia, medicina, etc. A mi me falta muuucho por aprender, cuando puedo dar mi opinión (que me solicita muy seguido), trato te hacerlo siempre con conocimiento de causa, pero a veces mi mente se quede en blanco porque desconozco totalmente algún tema.. o tengo tan sólo una "leve idea". Entonces el hecho de que me haya dicho eso, me hace sentir que no ando tan mal y me impulsa a ser mejor.

.- "Te quiero".- No es una frase con la que esté familiarizada. En mi casa no solemos decirlo. Se demuestra el cariño pero no es costumbre decirlo. Autonombrarme Winter no es en vano. Batallo mucho para decirle a alguien que la quiero; lo abrevio con letras o lo escribo completo pero tengo que hacer mucho esfuerzo para decirlo... y generalmente lo pienso mucho antes. Es cosa de costumbre, tal vez. Pero tampoco es algo que escuche seguido, menos cuando lo dicen tan espontáneamente y sin dobles intenciones.

Me siento bien... he recreado mis 5 minutos de paz.

Ahora vuelvo a la rutina...