miércoles, diciembre 31, 2008


Un Sustito


El sábado siguiente a la Navidad tenia ensayo a las 6 de la tarde. Cerca de las 2pm tomé medicamento para contrarrestar los síntomas del resfriado y como suele suceder, me dió sueño. No supe más de mí hasta las 6:20pm y eso porque recibí en mi celular la llamada de una amiga. Me sobresalté, con prisas tomé mi bolsa, mi guitarra, las llaves del auto y me despedí de mi mamá. En cuanto me subí al auto noté que me sentía un poco mareada y que aún no despertaba del todo, lo encedí de todas maneras. Iba a ponerme en marcha cuando vi por el retrovisor que un auto se aproximaba, así que mejor me esperé hasta que pasara por miedo a no calcular bien la distancia o velocidad por la somnolencia. Avancé justo detrás de él; conducía un hombre de mediana edad. Íbamos por la calle y al llegar a la esquina hicimos el alto correspondiente, tres segundos antes que yo el hombre avanzó y un segundo más tarde ví como una camioneta que iba a alta velocidad impactó el costado derecho de su auto; todo parecia suceder en cámara lenta y lo recuerdo perfecto: el choque primero y como el auto se elevó algunos centímetros del suelo para luego ser arrastrado por la camioneta conducida por un joven que intentado esquivarlo viró un poco a su derecha pero como resultado, lo arrastró unos metros hasta impactarlo por el costado izquierdo contra un poste de concreto; el auto quedó doblado en dos y el señor conductor prensado en medio gritando del dolor y tratando inútilmente de salir, de quitarse el cinto... afortunadamente no llevaba a nadie de copiloto o en los asientos traseros porque muy probablemente hubieran tenido consecuencias fatales. Fué impactante. Mi madre salió gritando a toda prisa de la casa y pensando, como suele ocurrir con las madres, lo peor y que habia sido yo la del accidente. Mi padre la tranquilizó cuando constató lo contrario. Yo me quedé con un sentimiento de estar viviendo un episodio de "la dimensión desconocida". Los hubiera no existen, pero situaciones como ésta hacen (o me hacen) reflexionar sobre lo volátil que es la vida.


Supongo que algo parecido han de sentir aquellas personas que han cedido un boleto de avión y después se enteran que hubo un accidente o un atentado y el avión se estrelló... son cosas que no siempre podemos controlar. Pero algo cierto que me dijeron hace poco fue: "los hábitos salvan vidas"... o, si son malos hábitos, pues las destruyen.

Son "experiencitas" de la vida...


1 Comment:

Minas said...

aqui mi moraleja es otra ,
mujercita , nunca manejes si sientes que no estas en condiciones de majerar.. cuidate mucho